viernes, 12 de octubre de 2018

Carta No. 8

Anoche la soñé.
Usted cayó en un pozo y yo no pude sacarla de ahí por mas que lo intenté.
Se me hundió bolita, se me fue por ese agujero húmedo, frío, oscuro, infinito.....
Desperté llorando con la sensación de impotencia pegada a la piel y el corazón adolorido.


Esto de su ausencia comienza a tornarse doloroso.
Comienza a ser real.
Los meses sin verla empiezan a acumularse y la certeza de que usted no vuelve me golpea sin piedad..... gélida, dura, insensible.

Empiezo a imaginar como debió ser.
Recuerdo tantas cosas.
La recuerdo llorando, desbaratada cuando nos alejaron de usted... nos amaba, nos amó con toda el alma.
Recuerdo sus detalles llenos de complicidad, llenos de amor, amor del grande, de ese que yo siento por mis hijos, de ese que no conoce limites, de ese que es el mas puro, el mas cierto, el mas incondicional. Ese amor que yo extraño tanto, por que solo en usted lo encontré.

No me cabe en la vida su ausencia bolita.
El trato era que no se me fuera nunca, que se quedara a ver crecer a mis hijos, a acompañarme siempre...
De verdad espero que haya mañana, de verdad espero encontrarme con usted y poder decirle Gracias!!! Infinitas gracias!! por tanto!!

Siempre lo supe, pero hoy lo entiendo con todas sus dimensiones, todo lo que usted significo, todo lo que nos dio, todo lo que implico su vida en nuestras vidas.

De verdad Gracias!!! Muchas gracias!!!


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